Desde el Café.
Bernardo Gutiérrez Parra.
Con más de 430 delitos violentos al día, la ciudad de Nueva York
era en los años 80 del siglo anterior, una de las más inseguras del
mundo. Hasta que el abogado neoyorkino Rudolph Giuliani
nombrado Fiscal General del Distrito Sur, se enfrentó a los mafiosos
y logró bajar los índices delincuenciales a números jamás vistos.
Ya como alcalde de La Gran Manzana, Giuliani implementó la
política de Cero Tolerancia contra todo tipo de delincuentes y la
ciudad se convirtió en casi el paraíso.
Allá sí bajaron hasta en un 79 por ciento los asesinatos con violencia
y un 72 por ciento otros crímenes y don Rudolph se convirtió en
personaje de leyenda.
Su política anticrimen era muy sencilla: cero tolerancia de la policía
con todos los delincuentes. Desde el sujeto que le arrebataba el bolso
a una anciana, hasta el narco que distribuía grandes cantidades de
droga, todos iban ante un juez que no se dejaba sobornar y los
enviaba a prisión.
Acá en la aldea los gobernadores agarraron el Cero Tolerancia de su
bandera sólo que de dientes para afuera.
De Fidel Herrara a Cuitláhuac García, cada uno dijo en un momento:
“Cero tolerancia contra los delincuentes, cero tolerancia contra los
asesinos, cero tolerancia contra los feminicidas, cero tolerancia
contra los secuestradores”, pero puro cuento.
A ese selecto grupo se acaba de agregar la gobernadora Rocío Nahle
que dijo en entrevista: “En Veracruz hay cero tolerancia, se trabaja
para poner orden, pacificar, atender las causas y actuar contra los
infractores”.
A ver, cero tolerancia contra quién, ¿contra los delincuentes, contra
los malos policías, contra cualquier hijo de vecino que proteste por
alguna injusticia? Eso no lo dijo la señora.
La 4T lleva más de seis años “atendiendo las causas” que orillan a
un sujeto a delinquir. Ajá ¿y? En el caso particular de Veracruz,
bueno sería que la gobernadora dijera cómo está atendiendo su
gobierno esas causas porque no se ven los resultados.
Rocío agregó que se ampliaron los exámenes de confianza a todos
los policías y agentes de Tránsito, lo que es excelente. Pero anunció
la reubicación de los policías estatales que había en Coatzacoalcos
por problemas de confianza. Pésima medida porque los quitaron de
un lugar donde generaban desconfianza, para enviarlos a otro donde
generarán lo mismo.
Como alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani hizo una
depuración de policías, fiscales y jueces hasta dejar sólo a los
incorruptibles y honestos con los que conformó un grupo poderoso
de valientes que no se dejó amedrentar por los malosos, los envió a
la cárcel y bajó a su mínima expresión la criminalidad en esa ciudad.
Giuliani jamás hubiera permitido en ese grupo a una fiscal como
Verónica Hernández Giadáns ni a policías reciclados como los
miembros de la Fuerza Civil que oficialmente fue disuelta, pero
cuyos elementos siguen extorsionando, asaltando e incluso
secuestrando con otros uniformes y otras patrullas.
A pesar de que hace más de veinte años el nativo de Nopaltepec dijo
por primera vez que habría Cero Tolerancia en Veracruz con los
malos y a él le sumaron Javier Duarte, Miguel Ángel Yunes,
Cuitláhuac García y ahora Rocío Nahle con la misma cantaleta,
Veracruz sigue en el top ten en feminicidios, secuestros, extorsiones
y asaltos carreteros.
¿Entonces?
La ecuación es muy sencilla. Giuliani aconsejaba hacer una
depuración de todo elemento malo (jueces, fiscales y policías) y
contratar a elementos profesionales, honestos, incorruptibles y
valientes que aquí entre tu y yo lector, los hay en Veracruz. Que
tardarán meses o años en conformarse como un respetado grupo de
élite sí, pero no hay de otra.
Pero pretender bajar los índices de criminalidad con personajes
como la señora Giandás, policías bandidos y jueces corruptos, futa…
Eso es hasta contra natura.
bernardogup@hotmail.com