EL «NERÓN» DE LA UV

Jun 13, 2025 | Columnas

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AL PIE DE LA LETRA
Raymundo Jiménez

Desde su inscripción como aspirante a la Rectoría de la Universidad Veracruzana (UV) en
2021, Martín Gerardo Aguilar Sánchez fue advertido por sus colegas más cercanos que su
edad le impediría aspirar a un segundo rectorado en 2025. Pero, desde el inicio de su
administración, desoyó este señalamiento e inclusive dio muestras de que poco le
importaba la legalidad. Por ejemplo, entre sus primeras designaciones destacó la de Juan
Ortiz Escamilla, un reconocido historiador cuyo nombramiento como director de
Investigaciones causó polémica porque era inelegible al rebasar la edad máxima fijada por
la Ley Orgánica. Un año después Aguilar reincidió al nombrar a Ortiz como secretario
Académico tras la sorpresiva renuncia de Elena Rustrián, muy apreciada por la mayoría de
catedráticos.
Aguilar arribó a la Rectoría sin cuadros académico administrativos de su confianza. Tan es
así que tuvo que designar a Rubén Edel Navarro –un abierto promotor de la campaña de
Jorge Manzo– como Vicerrector en la Región Veracruz, la segunda sede en importancia de
la UV y asiento de la base dura de la FESAPAUV. Sin embargo, no le generó ninguna
simpatía en esa región, ya que su designación como Rector fue mal vista entre la gran
mayoría de la base académica en Veracruz y Boca del Río debido a un motivo ideológico
generalizado y ramplón: “Es comunista”, dijeron. Y cuando en noviembre de 2024 le
solicitó la renuncia a Navarro, la molestia creció por lo que había hecho “el pinch…
comunista de Xalapa”, según dijeron.
Al ser “renunciado” el vicerrector de la Región Veracruz, el rector Aguilar nombró
entonces en esa Vicerrectoría a Jorge Genaro Vicente Rodríguez, ex director de la Facultad
de Medicina Veterinaria y Zootecnia e hijo putativo del actual presidente de la Junta de
Gobierno, Juan Manuel Pinos Rodríguez, por lo que al paso de los días el repudio fue
desvaneciéndose por la intervención de las autoridades regionales, unidas a los dirigentes
seccionales y locales de la FESAPAUV con el apoyo de la dirigencia estatal que desde hace
décadas lidera Enrique “El Papo” Levet Gorozpe, un priista alineado actualmente con los
guindas de la 4T.
Pero ahora, inserta en la peor crisis de su historia provocada desde la Rectoría, la UV y su
comunidad han sido arrinconadas porque la Junta de Gobierno, genuflexa ante el autoritario
rector promorenista, desertó de su responsabilidad y se la turnó cínicamente a estudiantes y
académicos, quienes se debaten ante la disyuntiva de participar en la encuesta amañada que
se le ocurrió a dicho órgano colegiado o hacerle el vacío por su ilegalidad e ilegitimidad.

Y es que ninguno de los ordenamientos legales contempla entre las atribuciones de la Junta
de Gobierno hacer encuestas y endosarles sus tareas a los universitarios, sino cumplir con
ellas. La junta de notables debe, porque no es constituyente, cumplir la ley a secas y, en el
mejor de los casos para ella, rechazar la solicitud de Aguilar Sánchez o aceptársela,
asumiendo las consecuencias de sus actos; tal cual es la tarea para la que fue nombrada.
Independientemente de los hechos que sobrevengan en los próximos días, la UV vivirá el
verano más caliente de sus ochenta años de vida, porque las marchas de protesta por venir,
al menos en Xalapa –según manifiestan los declarantes ofendidos–, crecerán impulsadas
por los acechantes grupos de poder de la izquierda y hasta de la derecha. La inconformidad,
dicen, saldrá del campus universitario y llenará primero las calles capitalinas. Después,
quién sabe.
El partido, con todo y el árbitro vendido y comprado –dicen en corto los agraviados–,
apenas empieza.
A ver si por su tozudez de que la genuflexa Junta de Gobierno le prorrogue en automático
un periodo más por otros cuatro años a pesar de incumplir legalmente con el requisito de la
edad, el rector Aguilar no termina tocando su lira viendo cómo se incendia la UV, tal como
lo hizo el emperador Nerón mientras las llamas consumían a la antigua ciudad de Roma
durante el verano del año 64, según el relato del historiador Tácito.

ENMUDECE LA JUNTA DE GOBIERNO
ANTE RENUNCIA DE UNA INTEGRANTE
Ayer, en redes sociales, Jorge Manzo Denes, uno de los tres aspirantes que hasta ahora han
manifestado abiertamente su interés por suceder a Martín Aguilar en la Rectoría de la
Universidad Veracruzana (UV), publicó un interesante texto titulado “El silencio de los
comunicados” en el que cuestiona que la Junta de Gobierno no haya confirmado
oficialmente la renuncia de la doctora María Angélica Buendía Espinosa, una prestigiada
académica de la Universidad Autónoma de México (UAM) que es integrante externa de
este órgano colegiado de la UV.
En su texto, Manzo Denes expone lo siguiente:
“En los últimos días, la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana ha emitido una
serie de comunicados en torno a la solicitud de prórroga presentada por el actual rector.
Cada uno de ellos ha intentado justificar procedimientos, contener la creciente tensión
institucional y transmitir un mensaje de aparente normalidad. Incluso el último, en un giro
alarmante, menciona amenazas dirigidas a algunos de sus integrantes y familiares.
“Pero hay silencios que pesan más que cualquier palabra cuidadosamente redactada.

“Hoy enfrentamos uno de esos silencios. La Dra. María Angélica Buendía Espinosa,
integrante de la Junta de Gobierno, ha renunciado en pleno proceso de definición sobre el
futuro de la rectoría, y ese hecho, de enorme trascendencia institucional, no ha sido
comunicado oficialmente por la Junta de Gobierno.
“La noticia la conocimos por la prensa, no por los canales oficiales de nuestra universidad.
¿Por qué tanta celeridad para publicar comunicados que justifican un procedimiento
altamente cuestionado, y al mismo tiempo, ninguna palabra sobre la salida de una de las
integrantes del órgano colegiado más observado en estos momentos?
“Hago un llamado público a la Junta de Gobierno: es urgente que se informe formalmente
sobre esta renuncia, que se expliquen sus motivos y que se comunique de manera clara el
procedimiento para designar a quien habrá de sustituirla.
“Hasta el momento, sólo contamos con la versión periodística, que señala que la Dra.
Buendía Espinosa se retiró “en un claro deslinde del proceder del órgano colegiado, al que
señaló como objeto de presiones internas”. De ser así, estaríamos frente a una situación
grave, no solo por lo que revela, sino por la omisión institucional que le ha seguido.
“El vacío informativo ha abierto la puerta a múltiples conjeturas. Yo tengo la mía:
considero que se trató de un acto de dignidad, un gesto ético de quien se negó a convalidar
un procedimiento debilitado en su legitimidad, comprometido en su legalidad e insensible
al sentir mayoritario de la comunidad.
“Invito a la Junta de Gobierno a que confirme o refute mi interpretación, en un comunicado
convincente. No por una exigencia personal, sino porque la verdad es un deber
universitario, especialmente en tiempos de crisis.
“El artículo 5 de la Ley de Autonomía establece que corresponde a la propia Junta designar
a la persona que sustituya a quien ha dejado el cargo por renuncia. Sin embargo, en estas
condiciones –con un proceso claramente erosionado por la opacidad y la pérdida de
confianza– ese nombramiento no debe realizarse bajo la misma lógica.
“Propongo, con pleno respeto a la ley, que por esta única ocasión el lugar vacante sea
asignado con criterios de transparencia y participación universitaria, como gesto mínimo
para restituir la confianza y recomponer el tejido institucional.
“Lo que hoy enfrentamos va mucho más allá de un trámite de prórroga. Se trata de una
fractura en el sentido de comunidad, de una pérdida de confianza en los principios que nos
han sostenido como institución. La Universidad Veracruzana, que durante décadas fue
referente de civilidad y cultura democrática, hoy se ve socavada por omisiones, silencios
deliberados y decisiones alejadas del espíritu universitario.
“Nuestra casa de estudios no puede mantenerse al margen ni callar frente a hechos que
lesionan su integridad institucional. Merece claridad, legalidad y altura moral. Y merece,
sobre todo, que se le informe con la verdad.

“Mientras eso no ocurra, corremos el riesgo de ver cómo se desmorona una institución que
a todos nos ha costado generaciones construir.”
Fin del comunicado.

LA ANÉCDOTA
Según cuentan algunos protagonistas de la sucesión rectoral de la UV en 2021, los dos
candidatos con el más alto puntaje fueron Martín Aguilar y precisamente Jorge Manzo
Denes, un investigador y académico mucho más brillante que el sociólogo e historiador, por
lo que tenía más simpatías entre los miembros de la Junta de Gobierno.
De acuerdo con esta versión, el error de Manzo fue cuando uno de los entrevistadores del
órgano colegiado le pidió su opinión sobre la equidad de género. El tono autoritario y la
respuesta evasiva del experto en neurobiología del autismo infantil no agradó a los
sinodales que, a pesar de no estar muy convencidos, decidieron entregarle la Rectoría a
“Martinillo”.